
Mi gallinero
Os tengo que contar mi última locura… ¡Se me ocurrió montar un gallinero en casa!.
Esta vez me salgo de la línea de mis posts y comparto con vosotros esta nueva y divertida aventura. Venían mis nietos a pasar unos días y quería sorprenderles. Con ayuda de mi manitas habitual, Roberto, que siempre sabe seguirme el ritmo, nos pusimos manos a la obra. Primero fuimos a la compra: cemento, celosía, alambres, palos, accesorios varios… Después nos pusimos a trabajar como locos y, en unas horas, teníamos una hermosa zanja rellena de cemento que sostenía los postes que limitaban mi corral. Así evitaríamos que otros animales pudieran arañar la base y entrar.
Dejamos reposar la obra para que fraguara y poder continuar al día siguiente. Cuando estuvo listo, montamos la malla metálica y, como no me gustaba la estética, la cubrimos con celosía de madera. ¡Quedó fantástico!.¡No creo que haya muchas gallinas con un hogar tan acogedor! 😊
Además, para que mis nuevas huéspedes pudieran dormir bien resguardadas, adapté una antigua caseta de herramientas de jardín haciéndole un pequeño hueco para que pudieran entrar. Al llegar mis nietos, podéis imaginar la ilusión, saltos de alegría y caras de sorpresa.
Al día siguiente fuimos a que cada uno eligiera su gallina y la transportaron en brazos dentro de una caja que abrieron en el nuevo corral. ¡Todos estábamos expectantes por saber cómo se encontrarían en su nuevo hogar! Rápidamente se hicieron dueñas del lugar, donde se encuentran claramente a gusto, y enseguida se “hermanaron” entre ellas.
Otro momento de emoción fue el día en que, al llegar a casa, encontramos los primeros huevos. ¡¡Hasta una de ellas los pone con dos yemas!! Aunque aún no la tenemos identificada, porque todas ponen en el mismo sitio. Os aseguro que están buenísimos y que ya no comemos otros.
Espero que este momento de su infancia perdure siempre en la memoria de mis nietos. Y ya de paso, les instruya y transmita los valores que la naturaleza nos aporta. Ver como se crían los animales de forma tan natural, en una sociedad que ha alcanzado tal grado de separación con la naturaleza, es algo que complementa mucho su formación. Les ayudará a afianzar el respeto a los animales y a enterder la importancia de proteger el medio ambiente.
Y es que ellos saben que tienen una “nonna” un poco locatis.